Haiti: Una raza en luto.


Hoy puedo ver desde mi mundo, gente.

Gente que llora, que sufre, que muere lentamente.

Gente que grita sin consuelo con dolor en el corazón.

Su tierra esta agonizante. El dolor es insoportable y como locos sin rumbo van buscando donde refugiarse.

Heridas que no tendrán cura, por lo menos no en mucho tiempo, pues no es fácil borrar de la mente y el corazón, lo frustrante de una trágica novela que fue captada en realidad.

Niños sin padres, padres sin hijos.

Un pueblo que ayer era parte del olvido hoy esta en boca de todos.
Lo irónico de esto es, que antes nadie sabia su ubicación por asi decirlo, y hoy sin embargo ya conocemos bien su bandera, su nación y su gente.
Una trágica novela donde la gran mayoría de protagonistas son esa gente de color que ayer eran invisibles para el mundo. Padeciendo hambre, sed, enfermedad y miles de carencias.

Que irónico que tuvo que suceder una tragedia de gran magnitud para que las jerarquías lo pudieran conocer.

Dios, el sabe porque pasan las cosas, solo espero que de esto aprendamos la lección.

Dios no tiene distinción, no importa el sexo, la raza, ni el color, al final el nos creo con la finalidad de que todos actuáramos como una sola nación, tomados de la mano, sin importar las banderas, mas bien, cada una sirva solo de representación, pero tomar como primera y principal, la de color blanco, simbolizando PAZ, que es lo que necesitamos hoy…y vistamos nuestras almas de solidaridad y amor.

Cambiemos el mundo, no esperemos que los hechos del mundo nos cambien a nosotros.
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