Sentada en el balcón, he recordado tantas cosas del pasado…cosas que pensé olvidadas y que tenía encerradas con llave en un baúl.
Recordé como era la vida en mis tiempos. Mi imaginación comenzó a emitir las imágenes del pasado como una película, imágenes que añoraba y que me enseñaron la inocencia de una corta vida.
Recordé como era la vida en mis tiempos. Mi imaginación comenzó a emitir las imágenes del pasado como una película, imágenes que añoraba y que me enseñaron la inocencia de una corta vida.
Esos días de antaño donde jugar en la calle era algo normal, donde los niños tenían inocencia y respetaban a los mayores si que los extraño. Donde el juego de cocinas y las muñecas de trapo estaban de moda y eran los juguetes mas chulos y tradicionales. Montar bicicletas y jugar pelegrina era divertido.
Mamá siempre estaba en casa y ayudaba con las tareas y una que otra vez también jugó muñecas conmigo. Papá llegaba del trabajo y era recibido con algarabía –“llegó papi, llegó papi!” Beso a mama, y luego yo le ayudaba a quitarse los zapatos y al rato se sentaba a hablar conmigo.
Ya se fueron esos días, la realidad de hoy es otra. Papá y mamá trabajan, la niñera se encarga de los pequeños, y jugar en la calle es peligroso. El ambiente se ha tornado gris, ya no hay inocencia, los pequeños saben mas que los grandes y en un abrir y cerrar de ojos se van convirtiendo en personitas que maduran a destiempo y aprenden a valerse por si solos.
Los consejos son solo palabras en el aire o regaños sin fundamentos, pues los ejemplos con hechos ya no es mamá o papá quien los da, sino la escuela, la niñera o la televisión, cual de los tres los menos indicados para ello.
Ya el banco del tiempo ha robado los intereses y poco a poco la vida de esta generación de padres e hijos. Las preocupación de antes sobre las andanzas de los hijos, hoy se han convertido en preocupaciones monetarias. El dinero para darle una vida cómoda es mas importante que una conversación sólida y que deje una enseñanza y/o recuerdo, pues se trabaja más que lo que se comparte con la familia y amigos.
Si! es necesario trabajar para alcanzar esa vida de comodidades, pero no invirtiendo todo el tiempo solo en ello, olvidándonos que los años pasan, que los niños crecen , que la vida es un ratito y que también tenemos que distraernos y vivir momentos que nos permitan en la vejez darle formas a las historias para contar a los nietos.
Trabaja solo las 8 horas exigidas y necesarias, 16/2 son para ti! Vívelas!
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Nos has llevado a un entrañable viaje a nuestro pasado, recordando lo que en una ocasión llamé "Sueños olvidados". Hoy casualmente escribí una reflexión en la que de alguna manera te podría dar parte de respuesta al por qué de estos cambios tan drásticos y negativos. Esa vida tan íntegra, se vivía cuando estábamos mas cerca del campo y/o la naturaleza, cuanto mas nos acercamos a la ciudad, mas monótona se vuelve nuestra vida y se desintegran los vínculos familiares a la velocidad de un rayo.
Cambiamos la felicidad nuestra por la rutina y el estrés. Si me preguntas quien sale ganando en este cambio, mejor guardo silencio, al menos por hoy!
Un abrazo!
Y cuando fue que ocurrio lo primero, aunque no me concidero tan vieja, no lo recuerdo...
AMJ.