Cáncer silente que va matando el alma poco a poco. Es como si ya el aire no pasara, y el suelo solo es un precipicio donde sientes que caes. ¿Quien va a salvarte? Nadie, solo tu tendrás que sacar las fuerzas necesarias para no morir.
Depresión o Depresina, enemiga que va apoderándose de tu ser, como un virus que no tiene cura. Apresa cada uno de tus sentidos, pensamientos y te encierra en un circulo de emociones fuertes que van envenenandote.
Tu cuerpo, tu piel, tu mirada y tu sonrisa se hacen esclavo de esta y cada día tus pasos se tornan lentos. Estas tan débil y cansado que hasta para decir una palabra se te hace incomodo. Buscas ayuda o tratas de levantarte, pero ésta te va poniendo trabas y proyectando en tu imaginación el recuerdo que te hace sentir fatal solo para derrumbarte. Te sientes morir por esa asesina, quien al adentrarse ya sea transitoria o permanentemente en tu vida, estropea tu felicidad y la de aquellos a quienes les importas.
Cuan duro es tenerla cerca y saber que en cada intento te pone en peligro con las barreras mas difíciles que encuentra a su paso. Para mortificarte por un tiempo o hacer que tu vida sea un desastre o simplemente se desvanezca. Ella, la depresión, la asesina que va matándote cuando se apodera de ti (Depresina). Huye, escapa, y si aun no te ha alcanzado, no te dejes atrapar. Pues cuando viene a ti, te roba tus sueños, tus pensamientos, tu ser.
Elige ser feliz, aléjala de ti. Ella quiere lo peor, pero acábala luchando por lo mejor, tu felicidad. Al fin y al cabo, si por su culpa dejas de existir, ella tiraria tu felicidad a la basura y se irá triunfante porque te ha vencido, y atrapará otra alma en desesperación.
¿Conoces aquel enmascarado que dice tener buena intención? ¿Ese que tras un disfraz oculta su verdadero ser? ¿Sabes como se llama? -NO?!-
Hipócrita!
Llegan a ti con cara de ángel y vestidos de pureza, mas en el fondo no son más que hombres en tinieblas, cuya única buena intención es satisfacer su ego, hundiendo al supuesto amigo de en frente.
Ese, quien te da una soga para que te sostengas y cuando das la espalda va serruchando poco a poco para que caigas al vacío.
Sí! El hipócrita es ese que se viste de cordero y como ovejita buena se acerca a ti para brindarte su apoyo y amistad, pero te apuñala detrás y cuando te das cuenta, solo queda la ultima gota de sangre derramada de tu ser.
Y yo me pregunto: ¿Cuanto costará la sinceridad?
Egoísta sin escrúpulos, disimulando su verdadero yo y simulando una personalidad que no le pertenece. Payasos sin razón, que solo son sinceros en su soledad. Se creen dueños del mundo y disfrutan la maldad. Maldito ignorante! Acaso no sabes que Dios lo ve todo y que lo que le haces a tu vecino, tarde o temprano se revocará hacia ti?.
Estúpidos que por alcanzar un mérito, dan un golpe mortal con su falacia al verdadero protagonista, para que éste quede en segundo lugar o simplemente sacarlo del juego.
Tal como dijo Aristóteles: “No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto.”
Caminando por la calle vi un señor todo harapiento, ávido de amor, lleno de tristeza y pidiendo pan a los transeúntes que pasan a su lado. Con la ropa sucia y gastada ya pasada de moda, con los pies descalzos y agrietados por los tropiezos en sus andanzas.
Su familia se llama soledad y sus amigos los pájaros y árboles que encuentra a su paso.
Su casa, la calle, su cama ubicada donde sea, su comida es la pena de quienes lo ven andar y se conduelen de su situación, y su postre el maltrato de aquellos que lo repudian y echan de donde están solo porque no huele mas que a miseria.
Y que decir de su mirar, triste y esperanzado en que algún día estará tranquilo, cansado de conocer calles y no llegar a ningún rumbo, su barba larga y grisácea muestra de abandono, pues ni el barbero encuentra las tijeras que una vez lo recortaron.
La cara estrujada y frágil. Cada pliegue representando sus experiencias del pasado hasta estos días.
Las enfermedades aunque las padezca ya no le hacen daño, pues esta tan inmune a estas, que aunque sienta dolor, se imagina que no lo siente, bajo agua, sol y sereno, siempre tiene la fuerza para levantarse y cuando no lo hace, es porque ya se ha ido para no volver y ha dejado solo el cascaron que queda de su cuerpo.
Ese es mi abuelo! Aquel mendigo rechazado, parado o sentado en las calles de mi ciudad, quien vive como un orate sin saber su destino final.
Sí! ese es mi abuelo y también el tuyo. Lo único que lo difiere de nosotros es su apellido, pues creo que con el tiempo se le olvidó y no recuerda ni siquiera de donde ha venido.
Corazón, al principio late por un ser que sin dar seguridad de su sentir te hace esclavo de su mirar, del sonido de su voz, de su presencia.
¿Por qué es tan fácil amar y tan difícil olvidar?
Por eso, porque el ser humano queriendo ser inteligente se vuelve bruto.
Queriendo actuar con madurez y seguridad, termina siendo un idiota.
Hipnotizado por algo o alguien solo por la torpeza de enamorarse antes de conocer.
No! eso no es lo correcto. Se supone que primero se debe conocer, convivir, tratar a fondo a un ser, y luego asegurarse de que ahí esta la verdadera felicidad, pero humanos al fin, es lo contrario.
Es por eso que la conciencia vive en guerra con el corazón. La razón suele ser a veces mas certera que lo que éste siente.
Enamorarse esta bien, pero, ¿Por qué al principio?, ¿Qué pasa?, ¿Será que el mundo se acabará pronto que andas con tanta desesperación?, ¿Quién te espera?
Date el chance, vive, disfruta de ese ser que te hace feliz, pero enamórate cuando sea necesario y sea el momento correcto para decir, sí! eres la persona ideal para mi.
No antes, para luego lamentarte en algún rincón de la casa, y comenzar a pensar y recordar, llorando porque se acabó.
Hundido en un mar de lagrimas donde solo ves un charco hecho por ti mismo y no tienes ni la menor idea de cómo salir.
Llora cuando sea necesario y si en verdad merece la pena. Amar, es lindo, pero asegúrate primero, para que no se mojen tus ojos porque te equivocaste al llevarte del corazón.